Uno de los sitios donde más
manifestaciones de tipo paranormal se pueden presenciar son las carreteras
peligrosas, debido a la gran cantidad de accidentes y personas que pierden su
vida a lo largo de sus kilómetros de asfalto.
Una de las tantas historias sobre fantasmas al lado del camino, sucede desde mediados del siglo XX en una antigua carretera de Venezuela, que comunica la capital de Caracas con la ciudad de La Guaira, ubicada en la costa.
En esta vieja vía usada en antaño por los caraqueños para ir a la playa, antes de que se construyera la actual autopista se puede ver, en las noches, la figura de una mujer, que vestida de novia aparece pidiéndoles a los conductores que la lleven.
Según la creencia popular, se trata del espíritu de una joven llamada María José Cárdenas, quien era una joven caraqueña, que durante los años cincuenta, pasaba sus fines de semana en las playas venezolanas, en las cuales un buen día conoció a un muchacho, que vivía en esa costa.
El amor nació entre ambos jóvenes, estos esperaban toda la semana, para poder verse los sábados frente al mar.
Pasado un tiempo decidieron casarse, y como María no tenía familia, la pareja planificó una ceremonia sencilla, en medio de la playa donde se conocieron.
El día de la boda, vestida de novia, María tomó un taxi que la llevara desde
Caracas hasta la población costera de La Guaira, donde sería la boda. Sin
embargo, a mitad del camino el carro se descompuso, dejando a la ansiosa novia
sin transporte.
Cuentan que María se bajó del taxi, y comenzó a pedirles a los viajeros que la llevaran. Por fin un conductor se detuvo y la invitó a subir. Para desgracia de la futura esposa, el chófer iba ebrio, razón por la cual en una de las curvas más peligrosas de esta carretera venezolana perdió el control, cayendo al abismo, que terminó con su vida y la de la joven muchacha.
Cuentan que María se bajó del taxi, y comenzó a pedirles a los viajeros que la llevaran. Por fin un conductor se detuvo y la invitó a subir. Para desgracia de la futura esposa, el chófer iba ebrio, razón por la cual en una de las curvas más peligrosas de esta carretera venezolana perdió el control, cayendo al abismo, que terminó con su vida y la de la joven muchacha.
Desde entonces según cuentan los conductores tarde en la noche se puede ver a
“La Novia de la Guaira” pidiendo a los carros que pasan, que por favor la
lleven hasta el pueblo costero, para casarse.
Dicen
que los conductores que se detienen, y la dejan subir a su carro, sienten un
agradable olor a jazmines y durante el viaje se van prendando de la belleza de
la misteriosa novia, hasta que llegan a una peligrosa curva, y la mujer exclama
“en esta curva me maté yo”, antes de desaparecer.
Tal evento hace que los conductores pierdan el control del vehículo. Sin
embargo, según la creencia popular, el fantasma de la novia sólo se venga de
los conductores ebrios, mientras que a los que manejan bajo sus cinco sentidos las
salvas, dejándoles su ramo de flores en el asiento del carro, donde iba
sentada.
A otros a los que tampoco parece irles bien es a quienes
la ven, pero no se detienen a recogerla.
Según el testimonio de algunos viajeros, cuando eso
sucede, la novia comienza a seguir el carro, y aunque el chófer acelere al
máximo, verá siempre a la mujer al lado de su ventana, gritándole “¿por qué no
me llevas?” hasta que igualmente de tanta velocidad por escapar, la mayoría
sufre accidentes en la mortal carretera.
Al parecer, la “Novia de la Guaira” sigue habitando la vía donde perdió sus esperanzas de ser feliz con el amor de su vida, buscando la manera de poder llegar por fin a la hora exacta a su boda frente al mar. Y aunque esa carretera ya no es muy usada por los viajeros, aún existen los que por acortar camino la usan, y dicen haberse encontrado cara a cara con el fantasma de María José Cárdenas.
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